Se nos ocurrió viajar a El Salvador, a un hotel inclusive, pero no fue un viaje pensado en agregar un punto al mapa viajero, fueron varias cosas que vamos a ir descubriendo juntos en este artículo.
Esta vez, el motivo fue familiar: un encuentro para celebrar la vida que veníamos postergando desde el fallecimiento de “La Nana”, mi suegra.

Viajamos once personas, 9 desde Argentina —tres matrimonios con nuestros hijos— y decidimos que había llegado el momento de reencontrarnos.
Motivo del viaje: celebrar la vida en familia
Nunca habíamos viajado todos juntos con la familia de Marce, y como éramos muchos, buscábamos algo simple de coordinar.
El plan era claro: descansar, compartir tiempo juntos y no complicarnos con reservas de departamentos, posadas o cabañas, ni preocuparnos por las comidas o hacer presupuestos por cada actividad que unos quieren hacer, que otros no, que yo como, que vos tomas Coca común, pero yo Pepsi black y bla bla bla.

La opción ideal, por no decir la única, era ir todos a un hotel all inclusive que nos permitiera disfrutar sin preocuparnos por horarios, gustos, ni dividir cada una de las cuentas de gastos. Solo hacía falta definir cuándo y dónde.
Por qué elegimos El Salvador
Una condición fundamental: reunirnos con Sofi y Facu
El destino no fue elegido al azar. Queríamos que mi hija Sofi y Facu —los chicos del proyecto Disfrutando el Camino, que viajan de Argentina a Alaska en un Ford Ka— pudieran sumarse al encuentro familiar.
Ellos estaban recorriendo Honduras, así que necesitábamos un punto intermedio al que pudieran llegar por tierra, sin desarmar su ruta hacia el norte.
Por ubicación, El Salvador resultó perfecto: accesible para ellos, nuevo para nosotros y con propuestas hoteleras que encajaban con lo que buscábamos.

Las opciones previas
Antes de decidirnos, analizamos México y Guatemala. México quedó descartado por el sargazo, y Guatemala no ofrecía resorts de este tipo, así que la búsqueda nos llevó a un destino poco habitual para el turismo argentino.
El hallazgo del Decamerón Salinitas
Buscando “all inclusive en El Salvador” apareció el Hotel Decamerón Salinitas, el primero de su tipo en el país.
Reunía todo lo que necesitábamos: buena ubicación, comodidad y la posibilidad de que los once pudiéramos disfrutar sin pensar en logística.
Así nació esta aventura familiar fuera del circuito argentino tradicional, en un país que aún conserva autenticidad y que, poco a poco, empieza a brillar en Centroamérica.
Una experiencia fuera del radar argentino
Turismo local y regional
En el hotel no encontramos ningún otro argentino. El público era principalmente salvadoreño, guatemalteco y nicaragüense, y varios empleados nos contaron que probablemente éramos de los primeros grupos del sur que llegaban en familia.

Ambiente, gastronomía y espectáculos
Probamos las clásicas pupusas, disfrutamos de shows folclóricos y de la calidez de la gente.
El resort es enorme y ofrece todo tipo de actividades sin salir del predio; esa es su ventaja… y también su límite: se vive una experiencia completa, aunque sin tanto contacto con la vida local.
De todos modos, tendremos una mirada más amplia del país a través de las fotos y videos de Sofi y Facu, que lo están recorriendo en auto y compartiendo cada rincón en sus redes.
El Salvador hoy: seguridad, economía y optimismo
En cada charla con turistas y empleados surgía el mismo tema: la seguridad.
Todos coincidían en que hoy pueden moverse por el país y disfrutar sin miedo, algo impensado hace unos años.
El Salvador mantiene el dólar estadounidense como moneda oficial y, aunque su economía sigue siendo principalmente agrícola, crece la confianza en las inversiones, el turismo y el desarrollo industrial.
Se percibe un ambiente de optimismo y cambio.

Más allá del descanso: aves, stopover y nuevos descubrimientos
El resort está junto a un humedal ideal para observación de aves playeras y acuáticas, algo que personalmente disfruto mucho.

Además, aprovechamos el vuelo con Copa Airlines y su Stopover en Panamá, justo durante el Black Weekend, con descuentos de hasta el 70 % que los más “shoppineros” del grupo no se querían perder.
Si quieres explorar todo lo que El Salvador tiene para ofrecer desde la ciudad capital, te van a encantar cualquiera de las más de 30 cosas que puedes hacer o visitar en El Salvador, El Pulgarcito de América.
Un destino que vale la pena conocer
El Salvador es un país que empieza a brillar y todavía conserva autenticidad.
Pronto compartiré la reseña completa del Hotel Decamerón Salinitas, las fotos de sus playas y un artículo sobre las aves que encontré en el entorno natural del resort.
Un destino que vale la pena conocer antes de que el turismo masivo lo descubra, con propuestas atractivas y precios muy convenientes frente a otros destinos más consolidados.

AH! Me olvidaba, viajamos asegurados por Asegura Tu viaje.
Otro dato válido para planificar tu viaje: En el Hotel había Wi Fi en zonas comunes, piscinas centrales, restaurantes, teatro, cine, hall de recepción, pero si tu habitación estaba lejos de alguna antena repetidora, te podías quedar sin señal. A mí me funcionó bien Claro América. Los que no tenían Claro compraron eSim de Holafly.
Hasta la próxima aventura, viajeros.




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