En nuestro periplo hacia el extremo sur, tras visitar El Calafate nos dirigimos rumbo a la ciudad Río Gallegos, capital de la patagónica provincia de Santa Cruz, en el sur de Argentina.
La ciudad nos recibió con su imponente Catedral, una construcción de chapa que destaca por su sencillez y belleza. Construida a fines del siglo XIX, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1985.
Pasear por la ciudad nos llevó a la Ría de Gallegos, una entrada de agua de mar que ofrece un paisaje único, con su costanera y barrio de alto nivel frente a playas ventosas.
Las iglesias de chapa y las casas de madera nos transportaron en el tiempo, recordando la arquitectura de finales del siglo XIX.
Entre las fotografías capturadas, destacan los barcos anclados, testigos del fuerte viento patagónico.
Mientras realizaba mantenimientos a mi vehículo, reflexionaba sobre la similitud entre mi situación y la de los barcos varados. (La Querubina venía con algunos problemas en la tracción delantera)
A pesar del frío y el viento, exploramos la ciudad, aunque las fotos fueron escasas debido a las condiciones climáticas.
Sin embargo, la visita a Río Gallegos nos dejó una impresión única en nuestro viaje hacia Ushuaia.
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1 Comentario
Efectivamente R.G: es gélido pero esto trae una ventaja, que no hay bichos como moscas porque el viento las corre ! aunque la desventaja es que probablemente también ahuyente a los turistas, al menos los latinoamericanos, pues a los gringos les gusta visitar estas latitudes. Es cuestión de gustos.