Como ya saben muchos de quienes siguen mis viajes, en esta oportunidad viajamos en familia al hotel all inclusive Decamerón Salinitas, en la región de Los Cóbanos, El Salvador.
No era un viaje pensado para la fotografía ni para hacer salidas especializadas, pero aun así cargué mi compañera de siempre: la Nikon P950, una cámara ideal para quienes amamos registrar aves sin tener que viajar con grandes y pesados teleobjetivos.

Su tamaño, su zoom y su versatilidad la convierten en una gran aliada para quienes hacemos avistaje en modo viajero.
Lo interesante es que, sin proponérmelo demasiado, terminé viviendo una experiencia de avistaje de aves en El Salvador que confirma algo que muchos viajeros desconocen: este país, pequeño en superficie, es enorme en biodiversidad gracias a la variedad de ambientes que ofrece.
Los Cóbanos es un claro ejemplo. Aquí se combinan playas rocosas, manglares, bosques secos y zonas de marea donde las aves encuentran alimento y refugio.

Aunque no hice excursiones formales, la simple caminata por la costa y algunos ratos en el manglar dentro del mismo hotel alcanzaron para registrar 24 especies, entre pájaros passeriformes, aves playeras y algún visitante inesperado.
En este artículo les comparto únicamente las aves passeriformes para no hacer demasiado pesada la publicación.
Además, dejo un “extra” que sé que muchos valoran: un Melanerpes, porque los pájaros carpinteros siempre generan debate. Sí, son aves, pero no son pájaros… y mis lectores recurrentes ya conocen bien esa diferencia.
El resto de las especies, especialmente las playeras (que suelen ser las más complejas de identificar), y las de ambientes acuáticos, las voy a publicar en dos artículos adicionales, así que subscríbanse al blog.

También habrá un video en el canal de YouTube con las especies que pude filmar, tanto aves como reptiles.
Y para quienes desean profundizar, dejo aquí la lista completa en eBird, donde podrán ver todos mis registros en el Hotel Decamerón Salinitas (he creado un spot para que otros lo puedan completar).
Cada foto que publico viene acompañada del nombre científico, para que cada lector pueda asociarlo al nombre común de su región.
Siempre recomiendo trabajar desde el nombre científico porque evita confusiones y facilita la búsqueda en las guías de campo de cada país.

Para darle un toque más entretenido a la lectura hice algo distinto: ordené las fotos de la menos atractiva a la que más me gustó, según mi gusto personal.
Una especie en particular, la Setophaga petechia, merece doble aparición. Fue tan inquieta que me obligó a dedicarle varios amaneceres y, entre decenas de imágenes movidas, apenas dos sobrevivieron a la selección final. Pero valía la pena.








El Salvador resultó ser un destino mucho más amigable para la observación de aves de lo que imaginaba. La combinación entre descanso, naturaleza y biodiversidad hace que Los Cóbanos sea perfecto para quienes hacen avistaje sin que el viaje esté centrado en ello.

Basta con llevar la cámara, caminar despacio y prestar atención a lo que se mueve entre la costa y el manglar.
Si quieren ver más contenido de este estilo los leo en mi cuenta dedicada exclusivamente a fotos de aves: @chetoba en Instagram.
Y como siempre, gracias por acompañar mis publicaciones sobre el maravilloso mundo de las aves y su fotografía


