Miramar de Ansenuza se ha convertido en la principal ciudad desde dónde explorar el nuevo Parque Nacional en la provincia de Córdoba, y hace unos días realicé una escapada de 2 días muy especial.

Mi madre cumplió hace 2 meses 82 años y siempre que veía mis fotos de los flamencos y de los atardeceres me decía que conocer la laguna era uno de sus sueños pendientes.
Mi madre es muy viajera, sobre todo desde que ha quedado viuda, y si bien ya conoce cada provincia del país nunca había ido a éste rincón de la provincia de córdoba.
Pasó su cumpleaños con muletas tras una cirugía por fractura de caderas, con prótesis y todo, pero como es muy activa y por suerte todo salió bien, ya anda caminando con 2 bastones.

Así que nos subimos a la motorhome con mi hermana y “mi vieja” y nos fuimos lunes y martes para Miramar de Ansenuza.
Ya les voy a preparar un artículo especial más adelante, con video incluído, sobre cómo he visto a Miramar preparada para el turismo de personas con edad avanzada o movilidad reducida y accesibilidad para todos.
Qué ver en 2 días en Mar Chiquita, Córdoba.
Día 1 – Qué ver en la ciudad de Miramar de Ansenuza
Llegamos a la tarde, tipo a las 15 horas, recorriemos la costanera de punta a punta y todo el pequeño centro desde el vehículo para que conozca la ciudad.
A pesar de haber viajado en la Iveco, por razones obvias de movilidad en el interior, nos hospedamos en la Posada Andalhué, hicimos el check in y nos fuimos a tomar mates a la costanera.

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La playa principal se encuentra frente a la rotonda de ingreso y como hacía calor a pesar de estar en Agosto, había gente y chicos jugando en el agua.
Ah, también hicimos la típica foto en la imágen con el Flamenco que indica el sitio RAMSAR al lado de la oficina de información turística.

Como siempre los atardeceres son un espectáculo por el que vale la pena visitar al Mar Cordobés como le dicen también a la laguna de Ansenuza.

Aunque al final del evento una nube tapó la entrada del sol en el horizonte y éso que apenas 1 hora antes no se veía ninguna nube, creo que fue una densa bruma.
Día 2 – Recorrer los alrededores de Miramar de Ansenuza, Córdoba
Nos levantamos temprano y fuimos hasta el Mirador del Indio, un lugar ideal para ver aves desde la costa, usualmente hay muchos Flamencos y Espátulas Rosadas además de aves playeras.

Pero ésta vez los Flamencos estaban muy pero muy lejos porque la laguna está viviendo una gran bajante por la falta de lluvias en la zona.
Doña Sara se quejó bastante por éste tema, no logró ver Flamencos de cerca “como se ven en la foto” me dijo.
En éstos reclamos uno se da cuenta que a veces hace algo de daño cuando publica tantas fotos de aves con mucho zoom y recorte, la gente se piensa que los bichos en estado silvestre están ahí nomás.

Había un matrimonio de turistas en el lugar y me preguntaron con un tono de voz nada conforme… “tenés idea de dónde podemos ver Flamencos de cerca? hace 2 días que vinimos y no encontramos nada”
Si embargo estamos en la mejor época para ver flamencos, de Agosto a Noviembre, realmente hay muchos, sólo que están en colonias y cada vez más lejos de la ciudad.
Creo que a medida que el turismo crezca y más gente se acerque a sus lugares de nidificación y alimentación se irán corriendo más hacia el norte a lugares menos frecuentados.

Foto con Nikon réflex y lente Sigma 150-600mm de zoom
A falta de flamencos cercanos, pudieron ver con binoculares al Chorlito Doble Collar (Charadrius falklandicus) un migrador que viene desde la Patagonia y el Atlántico Sur a visitarnos.

También pudieron apreciar al Gaviotín Lagunero (Sterna trudeaui) halconeando para tirarse en picada en el agua para pescar.


Importante: Si desea observar aves lo único que se necesita es paciencia y un buen par de binoculares para ver aves, de lo contrario no es tan sencillo avistar especies de ambientes acuáticos en estado silvestre desde muy cerca.

El matrimonio al que hacía referencia párrafos más arriba, no contaba ni con binoculares ni con cámara de fotos, por éso la frustración que estaban sientiendo con el destino.

Los flamencos estaban y en gran cantidad como pueden ver en las fotos, sólo que estaban haciendo “su vida normal” alejados de los humanos.

El Flamenco de por si es un ave arisca, todas las especies tienen lo que conocemos como un punto de fuga, algunos permiten una aproximación mayor, otros no tanto y otros al menor ruido o apenas nos ven se espantan.
A la tarde después de un picnic en el lugar nos fuimos directo a una visita al Museo del Gran Hotel Viena.

Y luego de la visita al Viena del turno de las 15 hs, nos fuimos para la playa que se encuentra pasando el Oratorio de la Virgen donde los atardeceres con los árboles secos en el agua crean una escena única.

El segundo atardecer en el agua no defraudó, fue impecable una vez más.
Tras el atardecer en el Mar de Ansenuza con unos buenos mates, emprendimos el camino de regreso a casa.
Sueño cumplido.
